Cómo amasar cemento
Uno de los principios básicos del buen mantenimiento del hogar: aprender a hacer hormigón. Esto permite crear una de las piedras angulares tanto de las obras ordinarias como de las extraordinarias. La razón por la que hoy nos ocupamos de la mezcla de cemento es clara: no podemos prescindir de ella.
El cemento es uno de los materiales de construcción más importantes, se crea a través de la unión creada con el agua más otros elementos de origen natural, es fácil de trabajar y se endurece en poco tiempo, presentando dureza y resistencia.
Con una buena mezcla se pueden hacer muros, reforzar estructuras, construir estructuras portantes. Mucho depende del tipo de mortero que hagamos, pero por ahora nos centramos en cómo hacer hormigón estándar.
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Diferencia entre mortero y cemento
Para empezar con la mezcla, que luego se colocará en la caldarella -el cubo del albañil- y se distribuirá con la paleta, primero hay que aclarar un punto: en realidad no se hace cemento con la mezcla, sino mortero.
Este elemento mezcla varios elementos inertes, entre ellos el aglutinante, el cemento. Así que, para ser precisos, con este proceso vamos a crear un mortero de cemento. En el que este último elemento actúa como aglutinante.
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¿Qué cemento elegir para la mezcla?
Para uso estándar, existe el cemento Portland, uno de los más comunes y versátiles. Endurece en 24/48 horas y se basa en clinker, una composición de carbonato cálcico, sustancias arcillosas y yeso.
Luego tenemos el cemento de alto horno para su uso en entornos agresivos y difíciles, pero uno de los más populares es el cemento puzolánico basado en la presencia de puzolana, que hace que el mortero sea adecuado para entornos húmedos y calurosos.
Qué se necesita para hacer mortero
Una vez definido este primer aspecto teórico, pasemos a la práctica: ¿cómo fabricamos el cemento que vamos a utilizar para construir, renovar y restaurar? Necesitamos un conjunto de herramientas e ingredientes para hacer la mezcla.
- Agua.
- Bolsa de cemento.
- Arena.
Si se quiere hacer hormigón, se añade grava o gravilla, pequeñas piedras que dan resistencia al mortero. En la proporción que vamos a ver, este elemento forma parte de la arena. Si todo esto se une con barras de acero para crear el esqueleto de la estructura, tendremos hormigón armado.
Mezclar sólo cemento y agua sería inútil; produciría un material inadecuado para la construcción. Si queremos hacer un mortero de cemento, la combinación es agua, cemento (el aglutinante) y arena, que puede ser fina, media o gruesa. Para la preparación necesitamos diferentes espacios según las necesidades.
Para pequeñas cantidades, la masa también se puede hacer en el caldero; si no, se puede utilizar el compartimento de una carretilla vieja o un espacio plano y limpio en el suelo al aire libre. Calcule que será difícil limpiarlo y volver a dejarlo en condiciones de partida. Para mezclar necesitarás una paleta para pequeñas cantidades o una pala. Alternativamente, si piensa hacerlo a lo grande, puede adquirir una pequeña amasadora que haga todo el trabajo por usted.
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Cómo hacer cemento, los pasos
Vayamos al grano, aquí se explica cómo dar los primeros pasos en este proceso para crear un mortero de cemento adecuado para hacer muros. Una vez definido el espacio para hacer la mezcla, debemos combinar los dos polvos y añadir después el agua siguiendo unas proporciones precisas:
- Algo concreto.
- Cuatro partes de arena (y posiblemente grava).
- Una parte de agua.
El procedimiento es el siguiente: mezclar los áridos (es decir, la arena) y el cemento con una pala o llana para crear una síntesis homogénea. Los polvos deben estar secos. ¿Cómo proceder?
Se crea un cráter en el centro y se vierte el agua. Aquí comienza la fase más delicada: con la herramienta de nuestra elección mezclamos todo con el líquido de manera uniforme y sin dejar que el agua rebose. Cada parte de la mezcla debe estar húmeda. Hay que seguir removiendo hasta conseguir una mezcla homogénea y sin grumos.
En cualquier caso, recuerde que existen productos ya mezclados para preparar mortero simplemente añadiendo agua. O mejor dicho, se pone el líquido en un cubo y luego se vierte la mezcla dentro, mezclando como ya se ha sugerido.