Cómo elegir las uñas
La elección de los clavos es crucial para el aficionado al bricolaje. Pero incluso el profesional que trabaja en carpintería o como carpintero debe ser capaz de evaluar cuidadosamente qué modelo elegir.
Por desgracia, la elección es prácticamente infinita. Hay muchos tipos de clavos que pueden ayudarle en su trabajo, pero a menudo no puede utilizarlos al azar. He aquí, pues, una guía que le ayudará a aclarar qué tipo de clavos utilizar para sus trabajos de carpintería, jardinería, tapicería o cualquier otra tarea que decida abordar.
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Qué son los clavos y para qué sirven
Antes de elegir los clavos adecuados, recordemos su función: son herramientas metálicas con punta y cabeza que sirven para unir, bloquear y asegurar dos piezas de madera. Esta es la función estándar, luego los clavos también pueden utilizarse en las paredes para fijar cuadros o sujetar cables gracias a soportes de plástico específicos.
También hay clavos que se utilizan para sujetar telas a otros soportes, como los marcos de madera de sillas y muebles. En cualquier caso, los clavos sirven para sujetar dos elementos y su característica fundamental es su reversibilidad: una vez puesto, se puede sacar, aunque no siempre será reutilizable. Y las señales de su paso permanecen.
Para leer: cómo clavar dos piezas de madera
Cómo elegir las mejores uñas
Para sacar el máximo partido de estas herramientas multifuncionales, es necesario encontrar el modelo adecuado a sus necesidades. Pero primero hay que conocer las características básicas que hacen que un clavo sea bueno y funcional. ¿Cuáles son los puntos que hay que observar? He aquí una serie de reglas que siempre son válidas para elegir bien.
Utilice
Dependiendo de lo que tenga que hacer y del material que vaya a perforar, puede elegir los tipos de clavos adecuados para su trabajo. Por ejemplo, para la madera bastan modelos finos y lisos con cabeza plana: son modelos universales que también se adaptan bien a paredes enlucidas, metal fino y otros materiales blandos fáciles de perforar.
Si necesita perforar hormigón, muros de piedra y otras superficies duras, necesita un clavo con una estructura importante, gruesa y fuerte. Quizá con cabeza de latón para que la estructura tenga mayor resistencia al utilizar el martillo, que será especialmente pesado.
Lo contrario ocurre con los trabajos de tapicería, en los que se utilizan clavos finos pero de cabeza ancha para sujetar la tela. O, en otras ocasiones, con forma de aguja (por lo que no hay zona de martilleo).
Material
A la hora de elegir los clavos, también hay que tener en cuenta cómo se van a construir, qué material se ha utilizado para forjarlos. La mejor solución es siempre el clavo de acero, que suele estar galvanizado para resistir a la intemperie. Un clavo sometido a este tratamiento no es propenso a oxidarse.
Además, hay clavos de acero endurecido que ofrecen mayor resistencia y tenacidad y se utilizan para trabajos de construcción en hormigón armado. Y los galvanizados en caliente ofrecen una solución aún mejor para los trabajos al aire libre: utilícelos para mantener firmemente en su sitio los equipos y objetos del jardín. O junto al mar.
Peso
¿Cuántos kilos deben soportar? En función de este valor podrá elegir los clavos adecuados. En concreto, puede aspirar a instalar estructuras pesadas con clavos, y en este caso serán anchos, con estrías capaces de anclarse a la estructura. Tal vez con una cabeza ancha y un cuerpo que no sea cilíndrico sino angulado para aumentar la resistencia.
Si se trata de objetos ligeros, en cambio, puede optar por clavos finos que en algunos casos tienden casi a desaparecer. De esta forma puede completar un trabajo con gran valor estético pero poca fuerza.
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Principales tipos de uñas
Dado que existen diferencias sustanciales entre los distintos parámetros relativos a la elección de los clavos, también debemos comprender qué modelos son útiles. El primer tipo de clavo es el clavo estándar, de cabeza ancha, redonda o convexa.
Luego están los típicos para carpintería: tienen un pequeño remate para poder introducirlo casi por completo en la madera y tapar el agujero con masilla. Obviamente, son difíciles de sacar una vez clavados. En los extremos opuestos tenemos los clavos de cabeza ancha para sujetar telas y los sin cabeza.
Así se funden con la madera. Los clavos en U o cambrette son clavos con dos extremos puntiagudos pero doblados en forma de U: sirven para fijar un elemento (como un cable o una varilla) a una superficie. También hay clavos para colgar cuadros que tienen una cabeza específica para facilitar el anclaje de los marcos.