Cómo proteger la madera del sol y la lluvia
¿Quiere saber cómo proteger la madera del sol y la lluvia? Perfecto, es un buen punto de partida. Porque es precisamente gracias a estas pequeñas atenciones que puedes obtener un producto de calidad si quieres dedicarte al bricolaje y crear muebles para dejar en el jardín. O en todo caso a la intemperie, presa de los elementos.
La madera es una materia prima excelente, hay cualidades que marcan la diferencia en un mueble de exterior. Pero hay que saber tratar la superficie para evitar la aparición de moho, hongos y todos los efectos de la humedad.
Pero también al exceso de sol, la lluvia, el granizo, las heladas y el agua salobre. Los que viven junto al mar están familiarizados con todos estos aspectos, pero no se trata sólo de eso: aquí se explica cómo proteger la madera de los rayos UV, el agua y la nieve.
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Elige una buena madera apta para el exterior
Antes de abordar la cuestión de cómo proteger la madera del sol y la lluvia, pero también de la humedad en general, hay que prestar especial atención a la elección de la materia prima. Hay maderas adecuadas para el exterior, como la teca, que resiste las fluctuaciones de temperatura, la lluvia y la salinidad. También son recomendables el castaño, el pino, el alerce y el olivo.
Sin olvidar el bambú o el IPE brasileño. El abedul, el arce y el cerezo deben evitarse. Todo ello sin olvidar que, independientemente de lo buena que sea una madera para el exterior, siempre se recomienda un tratamiento. ¿Qué quiere decir?
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Proteger la madera del sol y la lluvia
La mejor forma de tratar la madera en estos casos es mediante la impregnación. La gente piensa que el barniz es la mejor forma de proteger la madera, pero si quiere tratarla adecuadamente y hacerla impermeable, necesita algo más. ¿Cómo? Laimpregnación es la solución a tener en cuenta. La razón está clara:
Para las exposiciones exteriores, los agentes impregnantes son la mejor solución porque, en lugar de formar una película protectora exterior (o film), penetran en las fibras hasta casi dos milímetros, evitando así los molestos desconchados.
Como sugiere la WikiPedia, esto permite penetrar en la veta de la madera y proteger las fibras en profundidad. Así se superan los problemas relacionados con el agua y también se evita la formación de hongos y parásitos de diversos tipos que pueden dañar la madera. Pero no es tan sencillo, esto es lo que hay que saber.
¿Qué impregnante elegir para la madera?
El punto de partida para tomar una decisión: impregnantes al agua y al disolvente. La diferencia es clara, el primer tipo es menos agresivo y también puede utilizarse para interiores. Por otro lado, la protección que ofrece es reducida en comparación con la solución disolvente. Lo que permite obtener resultados en climas agresivos.
En este caso concreto, los agentes impregnantes a base de disolventes son capaces de penetrar con mayor insistencia en las fibras de madera y proteger eficazmente los objetos. Sin embargo, también hay que elegir soluciones diferentes.
Hay impregnantes adecuados para maderas que están menos expuestas al sol y la lluvia, quizá las que están bajo un cenador, y para las que tienen que soportar grandes fluctuaciones de temperatura. O están expuestas a la luz del sol durante varias horas al día, o se encuentran en zonas donde la sal marina está siempre presente.
¿Cómo impregnar la madera?
Para proteger la madera del sol y la lluvia, hay que impregnarla y elegirla en función de las necesidades reales -también hay productos diseñados para casas de madera construidas en zonas con climas gélidos-, pero también hay que tener cierto cuidado para dar a la madera la capa adecuada.
El impregnante, a diferencia de cualquier barniz o esmalte, penetra en las fibras, pero para conseguir un buen resultado es necesario pasar la brocha siguiendo las líneas de la veta. Las cerdas permiten que el producto penet re y lo mismo ocurre con el movimiento, que no debe contrarrestar las fibras.
¿Cuántas capas de impregnante hay que dar?
Se recomienda utilizar una brocha, así como un buen tratamiento con papel de lija antes de empezar a pintar. También hay que tener en cuenta un punto: ¿cuántas capas de impregnante hay que dar para proteger mejor la madera de la lluvia, los rayos UV, los hongos y las plagas? La solución es clara: con dos es suficiente, se aplica la primera capa, se deja secar y finalmente se aplica la segunda para obtener el mejor resultado posible.
En cualquier caso, hay un último detalle a tener en cuenta para saber cómo proteger la madera del sol y la lluvia: el sentido común. Siempre que sea posible, conviene evitar que los objetos entren en contacto directo con los agentes atmosféricos más agresivos. ¿Por qué dejar sillas y mesas a la intemperie en pleno invierno cuando podrían guardarse en el sótano? ¿O al menos cubrirlas con un plástico?